El Mundial de Brasil 2014

A menos de una semana de que de comienzo el Mundial de Brasil 2014, me gustaría hablar de varias cosas, bueno de varias cosas no, de una, moralidad.

El Mundial de fútbol es uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial junto con los Juegos Olímpicos y la Super Bowl. Cifras astronómicas de visitantes, aforos, deportistas, y también de dinero.

A mi me encanta el deporte, y el fútbol en concreto, pero creo que hay cosas que están por encima de todo.

Parece que organizar un evento de tales magnitudes en un país como Brasil generará beneficios positivos para la nación. Todo dependerá de lo que la FIFA quiera conseguir.

Los datos económicos y sociales tras la celebración del Mundial de Sudáfrica en 2010, dejan bastante que desear. El coste para el Estado de Sudáfrica fue un 1.709% superior a lo previsto. Sudáfrica sufrió una pérdida de 2.300 millones de euros mientras la FIFA se embolsaba 2.500 millones de euros. A parte de estos datos, que ya hablan por sí solos, hay datos que resultan terribles, como que alrededor de 20.000 personas fueron desahuciadas para construir  infraestructuras que posteriormente no se han utilizado. Igualmente, más de 100.000 vendedores ambulantes perdieron su medio de vida.

Por todo esto, veo la celebración del Mundial de Brasil con otra perspectiva. Y es que hay datos que hacen perder la esperanza de crecimiento con un acontecimiento así. Aproximadamente 150.000 personas serán desalojadas de sus hogares por motivos de imagen durante la celebración del Mundial.

Un tema delicado es la prostitución. Las mafias que actúan en este país ya se están frotando las manos para hacer negocio. Están consiguiendo niñas, sí, niñas menores de 14 años para ejercer la prostitución y lucrarse. Ante esto, el Gobierno Brasileño todavía no ha actuado. La cuestión es si lo hará ante tal aberración.

Otro tema, con la que está cayendo, y ya fuera del entorno de Brasil, es lo que cobrarán los jugadores españoles si ganan el Mundial, 720.000 €. Creo, que casi el doble que los alemanes. ¿Es esto moral? Yo creo que no.

En fin, la fiesta del fútbol comenzará en pocos días, pero para unos la fiesta los hará más felices que a otros desgraciadamente.