Nos vamos de viaje gastronómico (I)

¿Qué os parece si hoy nos vamos de viaje? Es viernes... y viajar siempre es un buen plan, ¿no? Pero haremos un viaje gastronómico, recorrer el norte de España a través de sus sabores.

Partimos nuestro particular viaje desde el extremo septentrional, Galicia. La bella Galicia, llena de acantilados mágicos, historias de bruixas, queimadas, pueblos empedrados que te atrapan y bosques llenos de vida. La catedral de Santiago, la muralla de lugo, la playa de Sanxenxo, la Ribeira Sacra, la Torre de Hércules, y cómo no, el fin del mundo, Fisterra.

Una cultura como la gallega además de ofrecernos todos estos reclamos nos ofrece una gastronomía muy rica. En esta tierra encontraremos un marisco de primera calidad, los famosos percebes gallegos, ostras, buey de mar, mejillones... ¡¡y cómo olvidarnos del pulpo a feira!! obligado comer si vamos a galicia. Pero no sólo de marisco vive el hombre, también encontraremos platos de mucha tradición cómo la empanada gallega, el lacón con grelos, el cocido gallego, y postres como las filloas o la tarta de Santiago.
Y tales productos los podemos acompañar con unos ricos vinos que poco a poco van adquiriendo más renombre, y es que el Albariño y el Ribeiro son dos vinos muy apreciados en la cultura gastronómica española y sobretodo gallega.

Después de disfrutar de una Galicia espléndida en todos los sentidos, continuamos nuestro periplo en El Principado de Asturias. Asturies. Tierra de verdes prados y paísajes increíbles, de gaitas y montañas, de arena blanca rocas y un mar del color del cielo.
Es una comunidad con muchos atractivos, entre ellos su naturaleza, sus playas, esos pueblitos encantadores a los que huirías de la gran de ciudad. Un lugar lleno de arte, con numerosas casa palacio provenientes de aquellos que habían hecho las Américas y plasmaron su éxito con enormes casonas. Monumentos prerrománicos como Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo, románicos como la Iglesia de Santo Tomás de Canterbury o de Sabugo, o el puenteromano sobre el Sella de Cangas de Onís de la época medieval. Un sin fin de construcciones con cientos y miles de años dignos de visitar.

Entre su gastronomía... la tipica fabada asturiana, el queso de cabrales. Buena carne que se cría gracias a los grandes pastos y que es utilizada para hacer los típicos cachopos, Y cómo no, como en Galicia, un gran marisco proveniente del Cantábrico. Sin olvidarnos de los ricos postres, como el arroz con leche o los frixuelos. Y para rematar el menú unos buenos chatines de la mejor sidra.

Haremos un alto en el camino, que hemos emprendido y lo retomaremos otro día. Para poder digerir todo lo que hemos visto y saboreado.

Os espero en la siguiente etapa del viaje   ;)